materia seca del forraje

Contenido de materia seca del forraje de las especies forrajeras templadas en el norte de la provincia de Buenos Aires

La programación del uso del forraje adquiere mayor importancia en la medida que los sistemas ganaderos se intensifican. En el mediano y largo plazo, la utilización más eficiente se logra si se realiza un balance forrajero, el cual considera la demanda y la oferta de pasto del sistema. En el corto plazo, esta última debe ser estimada en forma periódica, siendo la expresión materia seca (MS) aprovechable, uno de las modalidades más difundidas. La estimación de la disponibilidad a campo suele hacerse por métodos directos, indirectos o una combinación de ambos, con la evaluación del pasto fresco presente. Si este se transforma en base seca, debe determinarse el “porcentaje de MS”. Esto implica desecar un peso conocido en fresco hasta un número constante y luego hacer la relación entre el peso seco y el inicial. Este paso puede ser engorroso, aunque se disponga de los elementos necesarios: balanza de precisión, estufa u horno a microondas, por lo cual en este informe se acerca al usuario, una orientación preliminar del % MS de diversos recursos forrajeros, utilizados en el norte de la provincia de Buenos Aires.

A campo, para una pastura en particular, es posible encontrar variaciones en el % MS, debido a factores de manejo y del ambiente. Por ello, los datos más altos que se presentan deben asignarse a condiciones de sequía, acumulación de material muerto, escasa expansión de las hojas, exigua fertilidad de suelo, y por el contrario, los valores más bajos a situaciones que determinan que el pasto este mojado por lluvia, rocío o alta humedad relativa (HR), escasa luminosidad, elevada fertilidad, baja presencia de material muerto y alta producción.

Los cultivos anuales poseen contenidos de MS que van desde 13-15% al comienzo de su ciclo de producción hasta 19-24% al final del mismo, con variaciones importantes durante el día. Dentro de esta tendencia general, es posible observar diferencias entre especies. La avena presenta los menores % MS en mayo, coincidente con altas tasas de crecimiento, baja acumulación de material muerto, suelo húmedo, caída en la demanda atmosférica por agua y temperaturas frescas. A posteriori, el tenor de MS se incrementa conforme aumenta el déficit hídrico en julio y agosto, con los inferiores niveles de producción en pleno invierno, con heladas frecuentes y ocasional depósito de material muerto. Al final del ciclo como verdeo de invierno (VI) y próximo a la manifestación del estado reproductivo, la MS se eleva a 20-22%. El raigrás anual tiene escasos contenidos de MS a comienzos y mediados de la etapa fría, 12-16%. Presenta los menores valores en junio coincidente con los altos ritmos de crecimiento, escasa acumulación de material muerto y condiciones ambientales que aún determinan elevada HR: suelo húmedo y poca evapotraspiración. A partir de aquí, la MS se incrementa hasta el final de su ciclo como VI a 16-22%. Los sorgos forrajeros para pastoreo directo, a pesar de ser cultivos estivales, presenta bajos % de MS al comienzo de su ciclo productivo, 15-18%. Alcanza los niveles inferiores en febrero, cuando ocurren los mayores ritmos de acumulación y entorno que comienza a favorecer un elevado % de HR con respecto a los meses de diciembre y enero. A partir de marzo, y en coincidencia con las bajas tasas del cultivo, la MS aumenta a 22-26%.

Las forrajeras con comportamiento bianual tienen un % MS superior al de los verdeos, con mínimos de 18-20% en el período otoñal a un 28-32% en el verano. Sin embargo, tanto la cebadilla criolla como el trébol rojo, presentan características particulares, dados por: sus niveles de desarrollo, el estado fenológico y el clima. La cebadilla criolla aumenta su % MS desde septiembre hasta enero, cuando llega al 32 %, en condiciones de disminución de la velocidad de crecimiento, con los superiores porcentajes de participación de la inflorescencia y del tallo verdadero en la composición del pasto y elevada demanda ambiental por agua. A medida que disminuyen los componentes reproductivos y aumenta la HR, desciende el % de MS hasta alcanzar sus mínimos en junio con 16%, en coincidencia con una alta elongación de la hoja y el pseudotallo. El % de MS se eleva en julio, con menor velocidad de producción y HR que en el mes anterior, y disminuye en forma leve en agosto, cuando la cebadilla reinicia se actividad al fin del invierno y principios de la primavera. El trébol rojo puro, comienza a levantar su % de MS desde septiembre, 20 %, hasta noviembre, 28 % y los mantiene así durante gran parte de la etapa estival, en coincidencia con el estado reproductivo y el déficit hídrico de verano. A posteriori, a medida que la especie revierte al estado vegetativo y disminuye la evapotranspiración, el % de MS comienza a disminuir hasta llegar a sus mínimos en pleno otoño, 20 %.

La alfalfa es la forrajera perenne con menor variación anual en su MS, con datos medios que van del 21 al 25 %. El mayor %, en diciembre, concuerda con déficit hídrico y baja relación hoja/resto de la planta. El mínimo valor, en marzo, coincide con moderados ritmos de acumulación, elevada relación hoja/tallo y alta HR. A medida que disminuyen las tasas y se incrementa la presencia de hojas senescentes y enfermas, aumenta el % de MS hasta llegar a 24 % en junio. La mezcla de alfalfa y gramíneas o poáceas presenta el mismo rango de % de MS que la alfalfa pura, aunque con un patrón estacional algo distinto, producto de la composición de la pastura. En septiembre-octubre, con elevados niveles de producción de las gramíneas, el % de MS de la mezcla es un poco menor, 21 %, que la alfalfa pura. En verano, es similar, reflejando el sustancial aporte que la leguminosa hace a la mezcla y, en marzo, el % de MS es algo más alto, 22 %, por el mayor aporte relativo de la poácea. Las gramíneas perennes tienen % de MS superiores a los observados para los anteriores grupos de especies. La festuca alta pura, presenta datos mínimos de 23 % en noviembre, en coincidencia con las mayores tasas de crecimiento y porcentajes máximos, 30-32%, en los períodos de caída en la producción y presencia de estructuras reproductivas o material muerto, como en el verano. Las mezclas de festuca alta y tréboles blanco y rojo presentan bajos % de MS, 22-24%, en la época de elevada velocidad de acumulación y presencia importante de leguminosas en las mezclas como primavera y otoño. Los datos máximos se observan en diciembre, 34 %, cuando se acumulan estructuras reproductivas de la poácea y disminuye la presencia de trébol blanco, por el déficit hídrico. El agropiro alargado, al igual que la festuca tiene los inferiores % de MS en la primavera aunque con valores altos, 31 %, para comenzar a elevarse y alcanzan los mayores valores en marzo, 47 %, luego del período reproductivo.

Existen importantes diferencias entre grupos de especies en contenido de MS. Como extremos, los valores inferiores corresponden a los cultivos anuales y los superiores a las gramíneas perennes. Dentro de cada grupo, las variaciones parecen estar asociadas al crecimiento estacional, la fenología de la especie, la demanda ambiental de humedad, la acumulación de material muerto y la composición de la pastura. La proporción de agua es muy variable, por lo cual la información que se brinda sólo pretende ser una guía inicial para aquellos usuarios, que desean estimar la oferta de forraje sobre la base de la materia seca.

ING. AGR. Oscar Bertín

fuente http://www.biscayart.com/