Los sorgos forrajeros (Sorghum spp.) y el maíz (Zea maiz L) son los recursos anuales más usados como verdeos de verano para pastoreo directo. También se pueden considerar a la moha (Setaria italica (L.) P. Beauv.) y al mijo anual (Panicum miliaceum L.), aunque ellos son frecuentemente utilizados como heno, y en ciertos casos como silaje, para transferir lo producido en esta estación climática a otros períodos del año, en lugar del uso directo por los animales. Las cuatro forrajeras son gramíneas con el sistema fotosintético C4, poseen una anatomía foliar de tipo Kranz, cuya función es mantener una elevada concentración del dióxido de carbono (CO2) alrededor de la enzima RuBisCO (ribulosa-1,5-bifosfato carboxilasa oxigenasa), reduciendo al mínimo la fotorespiración. Además, las especies C4 tienen un rango de temperatura óptima de crecimiento entre los 30-45º C, mucho más elevado que las C3. El tipo de fotosíntesis, propio de estas gramíneas, está asociado con importantes características biológicas como: la velocidad de desarrollo y la eficiencia en la utilización de los nutrientes y el agua. Esta última se debe a que las megatérmicas tienen mayor resistencia estomática, llegando prácticamente a cerrarlos frente al déficit hídrico. El maíz es el que tiene menos requerimientos de temperatura de suelo para germinar y emerger, luego el sorgo de Sudán y por último el resto de los sorgos, la moha y el mijo anual. Estos tres últimos requieren al menos 10 días de temperatura de suelo mayor a 18º C en el sitio de ubicación de la semilla.
El sorgo es el cultivo más usado como verdeo estival para pastoreo directo, principalmente por sus altas tasas de elongación de las hojas, su eficiencia del uso del agua y de la radiación, su adaptación a suelos de mediana a baja aptitud, su estrategia de latencia que le permite suspender el desarrollo de la planta hasta que se restablezcan nuevamente las condiciones favorables, su elevada capacidad de rebrote después de una defoliación (estas dos últimas características lo diferencia del maíz) y su alto potencial de acumulación de forraje, entre 12 y 20 t de pasto expresado en materia seca/ciclo, en cinco meses, desde noviembre a marzo con 3-5 usos en ese período (esta valía es superior a la moha y al mijo anual). La principal limitante que tiene la especie es lo difícil que es la planificación de su utilización, dado que debido a su alta capacidad de crecimiento es complejo llevar a cabo su adecuado uso, siendo frecuente el desaprovechamiento de parte de lo producido. Para atenuar este inconveniente las posibilidades son: su siembra escalonada o implantar diferentes materiales genéticos con distintos ciclos. En definitiva, los sorgos forrajeros son una aceptable alternativa para la producción de pasto en el período estival, pero, para obtener los mejores resultados se deben tener en cuenta algunos aspectos claves: aprovecharlos precozmente para lograr una buena calidad (siempre y cuando se haya determinado que tiene un bajo nivel de ácido cianhídrico, para evitar la muerte de los animales por su toxicidad), ajustar la carga para evitar las zonas sub y sobre pastoreadas y cortar los remanentes (tallos) no utilizados por los animales para emparejar el rebrote y así obtener una más uniforme acumulación con adecuado valor alimenticio. En la evaluación de la producción animal bajo pastoreo directo no hay evidencias de diferencias significativas, en la ganancia de peso vivo individual (GPVI) y en la producción de carne por hectárea, entre un tipo Sudan, un fotosensitivo, un BMR (nervadura marrón) y un azucarado. Es de mayor importante la capacidad de aprovechamiento que el material genético en la utilización en forma directa por los animales, aunque en algunos ensayos hubo una tendencia a obtener una mayor GPVI con el BMR.
La moha de Hungría o panizo o simplemente moha es una gramínea anual estival, de ciclo muy corto. Es la forrajera de verano de más rápido desarrollo y tradicionalmente ha sido utilizada como forraje conservado, principalmente en forma de heno, como aporte de fibra de razonable calidad en modelos de producción de carne y de leche. El potencial de acumulación de forraje en un corto período, con buen valor nutritivo y su aptitud para henificar o ensilar, la sitúan como una de las tres recursos estivales aptos para las subregiones húmedas y subhúmedas templadas y templado-cálidas, junto al maíz y al sorgo. La especie equivalente para la región semiárida es el mijo anual. Su ciclo varía entre 80 y 120 días, floreciendo a los 50-60 días desde la siembra. Esto dependerá del cultivar, la época de siembra, el clima y el manejo. El bajo costo de implantación, las mínimas exigencias de mantenimiento, el buen comportamiento a la sequía, la rusticidad y la precocidad, hacen que esta especie sea indicada para los planes de rotación o de intercultivos cortos, entre fines de octubre y mediados de enero, para la confección de rollos. El excelente rastrojo que deja, hacen de la moha el antecesor ideal de los cultivos tempranos de siembra estivo-otoñal (verdeos de invierno y principalmente pasturas perennes). Con altas tasas de crecimiento en corto período de tiempo y con un aceptable valor nutritivo sobre todo para la moha, ya que el mijo presenta una menor calidad, aunque es más apetecible para pastoreo cuando se encuentra granado. Si se busca obtener máxima cantidad de forraje con adecuado valor alimenticio, el momento óptimo de corte es en el estado de principio de panojamiento.
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